Una anciana que lee su periódico mientras saluda al mesero a quien le dice que ahora se quedó solita, prende su Marlboro mientras hojea la sección de espectáculos.
Una pareja con chamarras de piel, él mide 1.65 con el cuerpo lleno de músculos haciéndolo ver cinco centímetros menos de los que tiene; ella con demasiado maquillaje y un trapito árabe (kuffiyeh) en blanco y rosa/dorado. Un cigarro en la mano y él se prepara para recitar algunas páginas de Paulo Cohelo.
Una chica con una cámara Nikon reflex totalmente análoga quien la acaricia con el cuidado de no ensuciarla con las cenizas del cigarro de su acompañante.
Todos ellos personajes que coinciden en dos cosas: toman café mientras, al menos uno de ellos, fuma.
He visitado varios Starbucks y todavía no hay quien me produzca la curiosidad, la compañía de estos sujetos.
Como la película de Jim Jarmusch, donde Iggy Pop y Tom Waits comparten una jarra de café y una conversación surreal, como las que suelen aparecer cuando se combinan nicotina con cafeína.
2 comentarios:
Te acuerdas cuándo fuimos al Starbucks por insurgentes y me platicaste de un tipo que viajaba por el mundo haciendo trabajos etc?
Cuando tomamos el ceniero, que aún tiene mi hermana, qué tiempos aquellos caray!
recuerdo el strabucks y el cenicero en mi morral o mochila, pero de qué platicamos no... jajaja
sips the good ol' days
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