Pero por cuestiones laborales inicié el trámite. Me desmadrugué un domingo para llegar a las 8 a la explanada de la delegación Benito Juárez junto con 400 pubertos de la generación 1990.
Todos esperamos nuestro turno para lo que podían ser dos fatídicas palabras. Según escuché cuando dijeron mi nombre me tocó bola negra, salvarme de un año sin sábados, un año de pararme temprano toodos los putos sábados.
Pero no. Hoy me confirmaron que sí tengo que hacer todo el rito para formar parte de esa élite que algún día puede salvar a México de una invasión...
Seps. Ni pedo.
3 comentarios:
Jajajaja, neta???
Cuándo empiezas???
no sé, pero serán todos los sábados de una vida...
veremos cuánto aguanto, podríamos hacer una quiniela jajajaja, 50 varos de entrada y quien se acerque más al día en que termine o lo deje gana todo
jajajajaja no sabía..
qué mala onda, esperemos que no sea una experiencia tan mala...
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