1.10.10

Renuncié

[El siguiente post es más de autocompasión, les prometo que será el único que tenga este blog]

Hace un mes renuncié a mi primer trabajo en un medio de comunicación. Durante 15 meses fui reportero de sociales -tanto para la sección de 17 a 24 años, como de 24 en adelante-, de una universidad privada (en tres campus diferentes) y de otro suplemento universitario.

Durante ese tiempo asistí a más bodas de las que he sido invitado, le pregunté a desconocidos cómo se sentían por su cumpleaños de lo que suelo hacer con mis amigos; y vi a distintas generaciones de preparatorianos celebrar su graduación con ganas de iniciar una nueva etapa.

Además fui a algunos de los antros exclusivos de la ciudad, incluido aquel en Arcos Bosques de donde salió el abogado a quien secuestraron y mataron.

Diciembre de 2009 fue una temporada en la que supe lo que significa trabajar, lo cual incluyó año nuevo, día que inicié con un viaje a Cuernavaca, en donde Jefté -el fotógrafo más chingón- y yo recorrimos un hotel -uno de los tradicionales-, pasamos a dos restaurantes y tres antros en una noche. Al final terminamos a las 4 de la mañana brindando con un Jack con un cigarro.

En una boda vi a parte del grupo priista de Atlacomulco. Algunos de la vieja escuela como Oscar Espinosa Villareal -otrora Regente del D.F. y acusado penalmente- compartiendo mesa con Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera; quienes se sentaron contiguo a Arturo Montiel. Nunca se saludaron. Por cierto la misa fue oficiada por el obispo Onésimo Cepeda, un tipo con pinta de gángster con todo y su bling bling de oro e incrustraciones de brillantes santísimos... ok, no.

Por primera vez conocí Acapulco, aunque no podría decir que en toda su gloria. Incluso entré al Baby 'Oh; uno de los antros más exclusivos del puerto, que vio mejores glorias en otros años. El lugar tiene aspecto de cueva, con una alfombra de pasto artificial y paredes café. Pero tiene el renombre, además que el precio de las botellas va de 5 mil pesos a casi 90 mil si mal no recuerdo.

Entre otras curiosidades asistí al cumpleaños de Ana Victoria, la hija de Amanda Miguel y Diego Verdaguer, fiesta celebrada en su casa en medio del Desierto de los Leones. Seps. La pareja más popular de los 80, con sus rizos y alaciados perfectos.

Desde que entré en mi mente esto fue parte del proceso para ganar mi derecho de piso en el periodismo.

Ahora no sé por donde empezar para retomar mi blog, ja.

El último mes lo he pasado viendo Mad Men y True Blood en mi computadora, en paseos con mi novia y el estrés de estar desempleado.

Sólo espero, con paciencia.

Eso sí, me hice de una piel gruesa como dicen los gringos que se necesita para sobrevivir en los medios de comunicación. O lo aprendes o te ofendes cada que alguien te trata con condescendencia. A lo cual sólo te quedas callado, porque el cliente siempre tiene la razón. Casi.

También aprendí lo que es la solidaridad de un gremio extraño. El cual caza a los apellidos grosos de México. Ese 10 por ciento que es dueña del 90 por ciento de la riqueza.

Mientras no sé cómo retomar esto de escribir.

2 comentarios:

dijo...

ya somos dos los que no sabemos cómo retomar esto de escribir. a veces pienso que yo lo dejé en una oficina. será epidemia?

Juan Eme dijo...

Si! es una terrible infección que empieza como desidia, que te quita las ganas de escribir y te sientes de la mierda.