El jueves por la noche supe lo que es amar a Dios en tierra de indios. De los seis años que llevo de vivir en el DF nunca me había tocado tomar la línea tres (color verde que me gusta) tan lleno.
Ahora otros lectores que vivan o conozcan el metro de la Ciudad de México se estarán riendo de mi experiencia tan virgen en este transporte público. Sí, mi experiencia en esos medios es poca -incluida un vez que fui de 'mosca'* en un pecero- y otras en que el metrobus se atasca y te sientes como un salmón.
El caso es que por ir a hacer una entrevista al centro y evitar el tráfico, además de pagar estacionamiento decidí, junto con el Milamores (colega fotógrafo) que tomar el metro a las 8 de la noche sería lo más fácil y rápido.
Si eso fue hasta que nos encontramos con algo así:
Ni al Todasmías (otro nombre para el Milamores) ni yo dimos crédito de lo que nos tocó pasar. Cualquier cantidad de personas en total desafío alguna ley de la materia. En particular en Balderas, y luego la odisea de salir en Hidalgo.
El pobre Contodaspuedo (otro nombre del Todasmías) tuvo que luchar para salir, lo que incluyo codazo en la cara y rodilla en los huevos a otro colega pasajero.
Lo mejor fue que al salir, los dos en nuestra incredulidad de lo que habíamos vivido, platicábamos como si fuera nuestra la primera vez que nos subíamos a la montaña rusa de Chapultepec.
Después de esa travesía llegamos al zócalo capitalino. Luego de una entrevista y una sesión de fotos con uno de los encargados del show de luces del Zócalo alias México en el Corazón, nos quedamos a ver el espectáculo.
Ya me habían dicho lo bueno que estaba, pero mi imaginación se quedó corta frente a tal espectáculo. Al oir show de luces me imaginé unos lasers baratos. Pero no, fue mucho más. Ver cómo salía cada piedra de Palacio Nacional, cómo se convertía en un acuario gigante y se pintaba a la Warhol fue mucho más.
Todavía no es tarde, esto termina el 19 de noviembre y vale mucho la pena. Si pueden darse una escapada antes del ese jueves mejor.
Ahora otros lectores que vivan o conozcan el metro de la Ciudad de México se estarán riendo de mi experiencia tan virgen en este transporte público. Sí, mi experiencia en esos medios es poca -incluida un vez que fui de 'mosca'* en un pecero- y otras en que el metrobus se atasca y te sientes como un salmón.
El caso es que por ir a hacer una entrevista al centro y evitar el tráfico, además de pagar estacionamiento decidí, junto con el Milamores (colega fotógrafo) que tomar el metro a las 8 de la noche sería lo más fácil y rápido.
Si eso fue hasta que nos encontramos con algo así:
Ni al Todasmías (otro nombre para el Milamores) ni yo dimos crédito de lo que nos tocó pasar. Cualquier cantidad de personas en total desafío alguna ley de la materia. En particular en Balderas, y luego la odisea de salir en Hidalgo.
El pobre Contodaspuedo (otro nombre del Todasmías) tuvo que luchar para salir, lo que incluyo codazo en la cara y rodilla en los huevos a otro colega pasajero.
Lo mejor fue que al salir, los dos en nuestra incredulidad de lo que habíamos vivido, platicábamos como si fuera nuestra la primera vez que nos subíamos a la montaña rusa de Chapultepec.
Después de esa travesía llegamos al zócalo capitalino. Luego de una entrevista y una sesión de fotos con uno de los encargados del show de luces del Zócalo alias México en el Corazón, nos quedamos a ver el espectáculo.
Ya me habían dicho lo bueno que estaba, pero mi imaginación se quedó corta frente a tal espectáculo. Al oir show de luces me imaginé unos lasers baratos. Pero no, fue mucho más. Ver cómo salía cada piedra de Palacio Nacional, cómo se convertía en un acuario gigante y se pintaba a la Warhol fue mucho más.
Todavía no es tarde, esto termina el 19 de noviembre y vale mucho la pena. Si pueden darse una escapada antes del ese jueves mejor.
6 comentarios:
Mi Juan, dos cosas:
1. Me encantó la primera foto, tú la tomaste? O fue el fotógrafo M-Force?
2. Nalle y yo fuimos el sábado, y pese a que algunos efectos visuales sí son impresionantes, nos quedamos esperando algo más, no tanto por la producción, sino por la historia. Hay posts en nuestros blogs al respecto.
Un abrazo!
hey juanelo!
tenía ganas de ir desde antes, y gracias a tu post ahora tengo más...
Qué experiencia en el metro... una de las pocas veces que me he desplazado sin que mis pies toquen el suelo fue precisamente ahí...
¡Me sigue gustaando cómo escribes!
Mi estimado Juan:
Igual lo disfruté muchísimo. He de confestarte que antes de ir pensé que era una tontería gastar tanto dinero en eso, pero después (si quieres equivocadamente) pensé que fue un acierto al ver a tanta gente a mi al rededor disfrutando de eso. Sobre todo los niños...
A veces nos hace falta olvidarnos por un momento de todos los problemas para después reflexionar, y sí, trabajar por nuestro país.
¡Un abrazo Juan!
PD: A ver qué opinas de mi entrada al respecto http://tr.im/F7v2
Que graciosa y bien relatada tu experiencia! Yo vi las luces el sábado y me gustaron mucho, entrevistaste a los organizadores? quienes son?
Buena semana!
Apuntado en la agenda.
¿es a las 20.30?
Ese organizador está bien guapísimo, jojo, ya te contaré después de ver la etsperiencia.
Bes
O.
woww q increible ese eventooo, ya qisiera q haya uno parecido en mi país, Perú. México y Perú comparte una historia común...Q VIVA MÉXICO Y Q VIVA MI PERÚ CARAJO! :)
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