La parte más latosa de cualquier viaje es empacar la maleta, acto que siempre dejo al último para que suceda el inevitable "se me olvidó ______".
Éste último no fue la excepción, o tal vez si, hubo una leve diferencia. Por consejo de Maligna (quien aprendió de Ms. Ulga) hice una pequeña lista con las cosas necesarias para cerca de 14 días fuera del DF, preparado para climas cálidos, temperaturas de 15°, cena navideña, cena bomboneta, cena de año nuevo, playa/alberca y ya.
Una vez todo dentro de la maleta en un relativo orden era cosa de hablarle al taxi para que me llevara a la terminal sur de la ciudad.
El señor taxista habló por teléfono (al menos tenía la oreja pegada a el) durante todo el trayecto que fueron cerca de veintitantos minutos. Por ningún motivo soltó el celular, vueltas estrechas, cambio de velocidades, cambio de carriles. Lo curioso es que si acaso dijo 6 frases fue mucho, la mayor parte del tiempo sólo escuchaba.
Ya muy cerca de la terminal con el tiempo medido para llegar unas personas decidieron desempacar sus maletas (cajas de huevo bachoco incluidas) una por una, con toda calma, hasta retacar a dos diablitos llegando a la estatura de su respectivo cargador.
Con todo llegué a tiempo al autobús. Confiado en que ya sólo tenía que acomodarme a dormir. Pero no. El señor conductor tomó una ruta totalmente desconocida para mi, eje 8 ermita-iztapalapa hasta el fin del mundo. Por ahí me tocó ver partes de la calzada que me hicieron suponer el porqué (¿por qué? ¿porque? ¿por que?) del apodo iztapamatan.
6.30am Oaxaca- Camino por 9 cuadras hasta llegar a dormir todo el día.
1 comentario:
Es que la lista rifa, igual sí se te olvidan cosas, pero por no haberlas anotado jajajaja...
Enjoy Pinotepa y no olvides, quiero foto de los tiros al aire... :P
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