14.11.10

Mi tatuaje

Ayer me lo hice. Ayer sábado 13 de noviembre me hice el tatuaje al que todos le escupieron, por el que todos me repitieron una y otra vez que si estaba seguro. Todos refiriéndome a quienes les comenté que me había ganado un tatuaje. Excepto Natalia, la hermana de mi mejor amiga de la universidad.

Gracias a mi desempleo entré a una página en donde Gran Tusk realizó un concurso para que dos personas se llevaran un tatuaje del tamaño de una mano. En ese instante vi la oportunidad de hacer algo que ya tenía pensado.

La dinámica consitió en escribir una historia y mandar un diseño.

Esa noche, un jueves, que escribí mi entrada, soñé que yo y otros dos chavos, porque en mis sueños había una historia que les encantaba y debían premiar, ganábamos. El lunes anunciaban a los afortunados.

Fer, mi novia, me llamó justo cuando me acababa de inscribir a un diplomado de fotografía. A ella se le escuchaba muy emocionada, yo solo pensé que ya no había vuelta atrás. Lo más complicado sería decirle a mis papás y abuela. Después me ganó la emoción y le conté a mis amigos.
Decirle a mis papás fue menos complicado de lo que creí; lo que me dijeron es que fuera en un lugar no tan visible, por aquello del trabajo.

Luego de casi un mes de haber ganado llegó el día para hacermelo.

Necesitaba que alguien me acompañara. Fer salió de la ciudad para liberar tortugas en alguna playa paradisiaca del Pacífico. Ari y Memo quedaron de ir, pero nunca los logré contactar.

Para mi sorpresa Natalia me habló; y a pesar de haber estado recién llegada de un viaje a Xalapa, vía Tlaxcala, decidió acompañarme.

Luego de dar varias vueltas por la Condesa encontramos en donde estacionarnos. Llegamos al lugar que por fuera era una serie de departamentos, ambos esperábamos lo peor. Pero no, todo lo contrario.

Nos recibió Marina, manager del lugar, el cual estaba muy decente, limpio, nos ofrecieron de tomar, muy amables todos los que se encontraban ahí. Me presentaron con Chai alias Craneo, el artista encargado de tatuarme. El tipo es un Golem, mide como cinco metros y lo único que se le ve en la cara son sus dientes de oro...
Bueno no, pero tiene una presencia muy fuerte, es muy serio y me daría mucho miedo encontrármelo en la calle. Detrás de una hoodie negra, gorra negra y varios tatuajes tanto en las manos como en la cara está él. Y si tiene dientes de oro.

Cuando empezó el delineado fue muy doloroso. Como si cada trazo fuera una quemadura, al mismo tiempo que empezaba a salir sangre de donde pasaba la aguja. Por varios minutos me quedé sin hablar. No podía. Como si al hacerlo lo iba a mover o distraer y ahí valdría madre.

El coloreado estuvo mejor en lo que cabe, pero siguieron los detalles, que también dolieron.

Luego de 35 o 40 minutos terminó.

Es idéntico al dibujo, aunque le cambió el color del zig zag de morado a rojo, por cuestión de contraste.

Envolvieron mi brazo en plástico para envolver comida. Parecía un pedazo de bistec sangrando.

Al pararme de la silla me sentía "bien", tenso, agitado, pero al menos no me iba a desmayar.

Lo triste fue bajar los escalones, mis rodillas temblaban y estaba seguro que me caería.

Lo mejor fue ir a cenar a Barracuda, ver algo de la pelea de Margarito y Pacquiao; un root beer float, un hot dog y aros de cebolla.

Mención aparte es el apoyo moral de Natalia. Tal vez exagero, pero el primer tatuaje causa una impresión fuerte y hace falta alguien para hablar, asegurarte que quedó increíble e ir a cenar un hot dog, aros de cebolla y un root beer float.

2 comentarios:

Pepe Pecas dijo...

ouch que descripcion tan dolorosa...y yo que me quería tatuar la trifuerza en la mano

MFR dijo...

Y la foto??? y ahora que tienes un tatoo estoy segura que ya quieres 10 más, no? a mi me pasó al menos. Si fuera millonaria...